home

search

Capítulo 4 Compañeros de habitación

  Pensamiento de Sukasa:

  Al día siguiente de la ceremonia de ingreso, recibimos un mensaje informando que las clases comenzarían al día siguiente. También nos pidieron llevar nuestras cosas a las habitaciones asignadas, ya que la estadía en la Academia Arkanum empezaba oficialmente. Aunque parecía pronto para mudarse, las habitaciones estaban completamente equipadas y nos darían tres comidas al día. Así que solo empaqué lo esencial: ropa y algunas cosas personales.

  Sukasa caminaba por los pasillos junto a Hino, ambas emocionadas por conocer sus nuevas habitaciones. El lugar estaba lleno de estudiantes charlando, riendo y cargando maletas. El sonido de voces animadas resonaba por todos lados.

  —Es increíble que seamos vecinas, ?no crees? —dijo Sukasa, sonriendo mientras caminaban.

  Hino asintió, aliviada.

  —La verdad, sí. Así podemos ir juntas a clases y no perdernos en este lugar gigante —respondió, mirando los pasillos abarrotados.

  Sukasa observó a su alrededor.

  —Parece que muchos llegaron temprano para instalarse… —sus ojos brillaron al llegar frente a una puerta—. ?Mira, ya llegamos!

  Hino se?aló la suya.

  —A mí me tocó la habitación 19, ?y a ti la 21, verdad?

  —Sí. Bueno, avísame cuando estés lista para ir a clase.

  —Claro. Nos vemos en un rato —respondió Hino antes de entrar en su habitación.

  Sukasa abrió la puerta de la suya y miró dentro con curiosidad. Era más acogedora de lo que imaginaba. Su compa?era aún no estaba.

  —Parece que tengo la habitación para mí sola… por ahora —dijo, dejando sus cosas sobre una cama y explorando el lugar.

  La habitación tenía todo: camarote, ba?o privado y hasta una peque?a cocina. Le pareció raro, ya que se suponía que la comida estaba incluida en la academia.

  —Definitivamente esta es una de las mejores academias del país… —pensó, impresionada.

  Abrió uno de los armarios y encontró ropa que no era suya. Una gabardina negra colgaba entre las prendas.

  —Hmm… esta ropa no es mía. —Examinó la prenda con atención—. ?Es una gabardina! Como la que usan los Centinelas… o los Reyes y Reinas. ?Será que mi compa?era es alguien importante?

  Se dejó caer en la cama, dejando volar la imaginación.

  —?Y si es Remy? ?Sería increíble compartir habitación con ella!

  Pero en medio de su emoción, golpeó sin querer el camarote, y de repente, algo cayó desde la cama de arriba con un golpe fuerte.

  —?Hayayayayay! ?Mi cabeza! —se quejó una voz.

  Sukasa se sobresaltó. Un chico de cabello negro despeinado se levantó del suelo, frotándose la cabeza.

  —?Y tú quién eres? —preguntó el chico, frunciendo el ce?o.

  Sukasa, sorprendida, actuó por instinto. Agarró una almohada y luego lo que encontró a mano, lanzándoselo al chico.

  —??Qué haces en mi habitación, pervertido?! —gritó, enfurecida.

  El chico intentó esquivar como podía.

  —?Oye, cálmate! ?Yo debería preguntar eso! ?Esta es mi habitación!

  —??Qué?! —Sukasa se detuvo, confundida.

  El chico sacó su teléfono.

  —Mira. Aquí está el mensaje. Habitación 21.

  This tale has been unlawfully obtained from Royal Road. If you discover it on Amazon, kindly report it.

  Sukasa se acercó y leyó el mensaje. El número coincidía. Lo miró de nuevo… y lo reconoció.

  —?Tú… eres el pervertido de ayer! —gritó, apuntándolo con el dedo.

  Kuro también abrió los ojos con sorpresa.

  —?Tú eres la loca que me lanzó por la ventana!

  Se quedaron en silencio, cruzando miradas tensas.

  Sukasa fue la primera en estallar.

  —?Esto no puede ser! ?No voy a compartir habitación contigo!

  Kuro se encogió de hombros, burlón.

  —?Y por qué no?

  —?Porque eres un pervertido!

  —Oye, tranquila. No soy un pervertido… bueno, tal vez un poco —admitió con una sonrisa.

  —?Eso lo empeora! —Sukasa lo agarró del brazo y empezó a arrastrarlo fuera. —?Vamos a hablar con el director de inmediato! ?Es imposible que hayan puesto a un chico y a una chica en la misma habitación!

  Kuro, atrapado, intentó resistirse.

  —?Espera! ?Déjame al menos cambiarme! ?No puedo ir a ver al director en pijamas! —se quejó, pero Sukasa no lo soltó.

  —?No importa, vamos ahora mismo!

  Sukasa lo arrastraba por el pasillo mientras los estudiantes los miraban sorprendidos. Kuro, derrotado, solo podía suspirar.

  ***

  El ambiente en la oficina del director estaba cargado de tensión. Kuro se encogía de hombros mientras el director Tenioenai Osuushi lo miraba con desaprobación.

  —?Es en serio, Kuro...? —dijo el director con un suspiro—. Es tu primer día y ya estás causando problemas.

  Kuro levantó las manos en se?al de inocencia, con una expresión defensiva.

  —Le juro que esta vez no fui yo, director Osuushi. ?Esta vez es distinto!

  El director alzó una ceja, mirando ahora a Sukasa con curiosidad.

  —Entonces, ?cuál es el motivo de su visita?

  Sukasa, con el ce?o fruncido, dio un paso al frente.

  —?Queremos una explicación de por qué somos compa?eros de habitación!

  Osuushi frunció el ce?o, claramente confundido.

  —?Y eso qué tiene de malo?

  Sukasa puso los ojos en blanco, molesta.

  —??Cómo que qué tiene de malo?! ?Es un chico y yo soy una chica! ?No le parece completamente inapropiado?

  El director se recostó en su silla y cruzó los brazos sobre el escritorio.

  —Entiendo su incomodidad, se?orita. Pero debe saber que, aunque Kuro puede ser muchas cosas... —lanzó una mirada breve al chico—, jamás obligaría a una mujer a hacer algo en contra de su voluntad.

  Kuro, que estaba mirando el suelo, levantó la vista al oír eso.

  "No sé si sentirme halagado o insultado..." pensó, confundido.

  Sukasa, sin embargo, no estaba satisfecha.

  —Entonces, ?no va a hacer nada?

  Osuushi negó lentamente.

  —Lo siento, pero no. Las habitaciones ya fueron asignadas y hacer cambios ahora sería muy complicado. Nadie va a querer cambiarse contigo.

  Sukasa lo miró, ofendida.

  —?Y por qué no?

  Kuro respondió con una risa nerviosa, rascándose la nuca.

  —Bueno… resulta que soy uno de los Reyes de Arkanum. Y, bueno, la mayoría de los estudiantes me tienen un poquito de miedo.

  El director asintió con seriedad.

  —Exactamente. Aunque la asignación fue aleatoria, la mayoría evita estar cerca de Kuro por su reputación. No tenemos muchas opciones.

  Sukasa soltó un suspiro de frustración.

  —Está bien… entiendo que no se puede hacer nada. —Luego miró a Kuro con una expresión seria—. Pero si este tipo se atreve a tocarme un solo cabello sin mi permiso, lo mato.

  Dicho eso, dio media vuelta y salió, cerrando la puerta con un fuerte portazo.

  Kuro la siguió con la mirada, parpadeando.

  —Vaya… qué mujer —murmuró, aún sorprendido.

  El director Osuushi lo miró con una sonrisa tranquila.

  —Kuro, solo espero que no te metas en líos con esa se?orita.

  Kuro se enderezó y puso cara de serio.

  —?Yo? ?Jamás! Soy todo un caballero.

  El director soltó una peque?a risa, incrédulo.

  —Te conozco bien, Kuro. Llevas dos a?os en la academia y, aunque no has causado problemas graves, siempre estás en situaciones… curiosas.

  —?Lo sé! ?Usted me entiende! —dijo Kuro con dramatismo—. Pero esa chica está completamente loca. ?De verdad no hay nada que se pueda hacer?

  —Ni aunque seas uno de los Reyes puedo hacer favoritismos. Lo siento.

  Kuro dejó caer los hombros.

  —Supongo que tendré que resignarme a compartir habitación con ella por dos a?os…

  Osuushi lo miró con calma.

  —Estoy seguro de que sabrás manejarlo. Y por cierto… ?no deberías estar en clases ahora?

  Kuro abrió los ojos de par en par.

  —?Es verdad! ?Voy a llegar tarde!

  —Y todavía estás en pijama —a?adió el director, apenas conteniendo la risa.

  Kuro bajó la mirada y se dio cuenta de su ropa.

  —?Ay, demonios! ?Kaishin me va a matar si llego tarde el primer día! —corrió hacia la puerta—. ?Gracias por todo, director!

  —Cuídate, Kuro —dijo Osuushi mientras el chico salía corriendo. Luego se recostó en su silla, pensativo—. ?Debería preocuparme...? Nah. Seguro estará bien.

  ***

  Kuro corría por los pasillos a toda velocidad, con la mente puesta en una sola cosa: no llegar tarde a su primera clase.

  —?Si llego tarde, Kaishin me matara! —murmuraba mientras esquivaba estudiantes a su paso.

  Cuando por fin llegó a su habitación y abrió la puerta, se encontró con Sukasa, que estaba justo saliendo. Se detuvo en seco.

  —Mmm... oye, yo... —intentó decir algo.

  Pero Sukasa ni siquiera lo miró. Solo pasó a su lado con el rostro serio y la voz helada.

  —Ni se te ocurra tocar alguna de mis cosas si valoras tu vida.

  Y sin decir nada más, salió con paso firme rumbo a su primera clase.

  Kuro se quedó unos segundos paralizado, viendo cómo se alejaba.

  —Vaya... sí que me odia —dijo con un suspiro.

  Luego sacudió la cabeza y reaccionó.

  —?Bueno, debo darme prisa! —exclamó, corriendo hacia su armario para cambiarse lo más rápido posible.

  Mientras se vestía a toda velocidad, pensó:

  —Tal vez... si me muevo rápido, aún llego a tiempo.

  Y sin perder un segundo más, salió disparado por la puerta, listo para enfrentar su primer día de clases... y a Kaishin.

Recommended Popular Novels